Habrá observado que algunas de sus expectativas financieras no se cumplieron. Tal vez quedaron cortas o muy por encima. Es la naturaleza incierta que caracteriza los negocios. Ahora como mencionamos, el rol del directivo deberá enfocarse a cómo reaccionar ante estos imprevistos, para intentar volver a alinear las ocurrencias con sus intenciones originales.

Una de las ocurrencias más frecuentes es caer en precariedades en sus flujos de efectivo. Si las ventas y los costos que estimó no se cumplieron como previo puede haber generado un préstamo de emergencia.

Los préstamos de emergencia ilustran uno de los problemas más frecuentes en las empresas de la vida real: la iliquidez. La solución inmediata para una precariedad de efectivo es el préstamo de emergencia, pero es indeseable por sus costos y repercusiones.

Lo que se requiere lograr es una proyección más certera de las disponibilidades a través de un análisis más preciso de los ingresos proyectados y los costos.